REALIZAREMOS LECTURA Y DEBATE...
RECORDEMOS QUE PARA DEBATIR, DEBO ARGUMENTAR CIENTÍFICAMENTE MI POSICIÓN ... NO DAR OPINIONES !!!!
ESTE ES EL TEXTO:
CEREBRO
REPTILIANO 4to año
Salud Octubre
de 2014
El
cerebro reptiliano o primitivo, es instintivo. Es el que actúa cuando nos
ocupamos de cosas puntuales como fregar, lavar o coser. Es la parte más antigua
del cerebro, es más, es el primero que la naturaleza nos proporcionó junto con
los reptiles, hace unos 500 millones de años.
Los
reptiles son las especies animales con el menor desarrollo del cerebro. El
suyo, está diseñado para manejar la supervivencia y en dos extremos: huir o
pelear, con muy poco o ningún proceso sentimental. Tiene un papel muy importante
en el control de la vida instintiva.Este cerebro no está en capacidad de
pensar, ni de sentir; su función es la de actuar, cuando el estado del
organismo así lo demanda. El complejo reptiliano comprende las conductas que se
asemejan a los rituales animales como anidar o aparearse y las conductas
impulsivas de defensa y ataque.
Las experiencias más tempranas en la vida, dejan una impronta en el cerebro reptil, pues es el único que se encuentra en funcionamiento. Cuando este cerebro ha sido condicionado en la primera infancia en climas emocionales de violencia; probablemente cuando se convierta en adulto será una persona necesitada de drogas para calmarse, un suicida, un violento o un delincuente.
Se trata de un tipo de conducta instintiva programada y poderosa, por lo tanto, es muy resistente al cambio. Es el impulso por la supervivencia: comer, beber, temperatura corporal, sexo, territorialidad, necesidad de cobijo, protección.
Nos sitúa en el puro presente, sin pasado y sin futuro, por lo que es incapaz de aprender o anticipar. En el cerebro reptiliano se procesan las experiencias primarias, no verbales, de aceptación o rechazo.
Es un cerebro responsable de conservar la vida, es territorial, agresivo, rígido, no piensa ni siente emociones, es pura impulsividad y es el capaz de cometer las mayores atrocidades.
Las experiencias más tempranas en la vida, dejan una impronta en el cerebro reptil, pues es el único que se encuentra en funcionamiento. Cuando este cerebro ha sido condicionado en la primera infancia en climas emocionales de violencia; probablemente cuando se convierta en adulto será una persona necesitada de drogas para calmarse, un suicida, un violento o un delincuente.
Se trata de un tipo de conducta instintiva programada y poderosa, por lo tanto, es muy resistente al cambio. Es el impulso por la supervivencia: comer, beber, temperatura corporal, sexo, territorialidad, necesidad de cobijo, protección.
Nos sitúa en el puro presente, sin pasado y sin futuro, por lo que es incapaz de aprender o anticipar. En el cerebro reptiliano se procesan las experiencias primarias, no verbales, de aceptación o rechazo.
Es un cerebro responsable de conservar la vida, es territorial, agresivo, rígido, no piensa ni siente emociones, es pura impulsividad y es el capaz de cometer las mayores atrocidades.
El
cerebro reptil emite señales no verbales y que, sin que nosotros seamos
conscientes, toma las decisiones por nosotros. “Pregunte a un fumador por qué
fuma: no hablará de adicción y dependencia, sino de libertad de fumar”, explicó
Patrick Renvoise.
“El
99% de nuestras decisiones no las toma nuestra razón, sino el instinto. Luego
la razón busca excusas para justificar lo que ha elegido nuestro cerebro
reptil, primario: el que heredamos de los dinosaurios”, explicó. Y añadió que,
los seres humanos como seres evolutivos hemos ido acumulando capas de cerebro:
“el más antiguo, el núcleo, es el mismo que teníamos cuando éramos reptiles y
sigue siendo el más influyente; sobre él se superpusieron capas de cerebro
medio, emocional y, encima, las más recientes circunvoluciones cerebrales: el
neocórtex racional”.
Fue Damásio, en 1995, quien demostró que la razón es menos eficaz que el cerebro reptil. “En un juego de apuestas dio a elegir entre barajas. Una estaba trucada y el cerebro reptil de los apostadores detectaba el truco muchas jugadas antes que su razón. Y lo denunciaba emitiendo señales no verbales”, aseguraba Renvoise. “Yo trato de aplicar a la toma de decisiones lo investigado por Damásio, Kahneman, Ledoux…” afirmó. "No somos máquinas pensantes que a veces sienten, sino seres instintivos que a veces piensan".
El reptil economiza energía: cuando se le acercan despierta cinco minutos por si hay amenaza; después pasa, como cualquier ordenador, al modo stand by, y, si luego no lo estimulas, lo agredes o le das –al menos ofreces– comida, sexo o poder... se duerme. Cuando está despierto tiene prioridad sobre el resto del cerebro. El cerebro reptiliano siempre gana. Clotaire Rapaille.
Según
Renvoise, la economía clásica y su teoría de las opciones racionales “es
falsa”.Y explicó que “los seres humanos, entre dos opciones, no elegimos
siempre las más racional, sino la que prefiere nuestro cerebro reptil. Y no
siempre es la obvia”. El cerebro reptil es “un enorme yo. Sin él nos habríamos
extinguido. Si te paras a pensar, te comen. El reptil no tiene compasión ni
empatía. Sólo entiende los grandes contrastes: blanco o negro. No tiene tiempo
de más”. “El reptil reduce opciones a lo binario para sobrevivir”, explicó,
“aunque la realidad es más compleja y comprenderla a fondo requeriría una
lógica difusa”. Se trata de un cerebro que no entiende abstracciones, sólo lo
tangible, y que es profundamente emocional y visual. El reptil sólo entiende de
buenos y malos; después la razón ya encontrará las excusas ideológicas para
embellecer ese instinto básico.
¿Cómo
se trata con el cerebro reptil? “Si quiere convencer a los demás, olvídese de
su yo y empiece a trabajar el tú. No hay nadie más bobo que quien intenta ligar
luciendo su músculo o su Ferrari. No diga ‘Yo soy rico, quiéreme’, diga, ‘te
haré rica’, y le querrán”.
Aunque
para persuadir primero hay que diagnosticar el dolor. “Somos criaturas
dolientes siempre temiendo por nuestra supervivencia”, explicó, “y sobrevivir
son las cuatro efes: Food, Fight, Flight, Fuck” (comida, lucha, huida, sexo).
Como
explicó Renvoise, en el marketing tradicional, preguntas a tus clientes qué es
lo que quieren” y en función de sus respuestas se establece una estrategia.
Pero, cuando preguntas a tus clientes qué es lo que quieren, la realidad es que no lo saben”. Y frente al marketing tradicional, se sitúa el neuromarketing, con el que también “preguntas a los clientes que quieren pero no vas a creer lo que dicen, sino que vas a mirar las variaciones en su comportamiento o fisiología” a través de una serie de técnicas: descodificación facial, eye tracking, análisis de voz, respuesta galvánica de la piel, encefalografía (EEG) o resonancia magnética.
Pero, cuando preguntas a tus clientes qué es lo que quieren, la realidad es que no lo saben”. Y frente al marketing tradicional, se sitúa el neuromarketing, con el que también “preguntas a los clientes que quieren pero no vas a creer lo que dicen, sino que vas a mirar las variaciones en su comportamiento o fisiología” a través de una serie de técnicas: descodificación facial, eye tracking, análisis de voz, respuesta galvánica de la piel, encefalografía (EEG) o resonancia magnética.
Según
Renvoise, sólo hay seis estímulos capaces de influir sobre el cerebro
reptiliano: egocentrismo, contraste, perceptibilidad – tangible, principio y
fin, visual y emocional.
En
una entrevista para el programa Frontline, ThePersuaders, refiriéndose a los
motivos de compra de los consumidores, el Dr. Rapaille comentó:
Mi
experiencia es que la mayor parte del tiempo, las personas no tienen la menor
idea del por qué hacen lo que hacen… Así que tratarán de inventar algo que dé
sentido (a sus acciones).
¿Por qué necesita usted un Hummer para ir de compras? “… en el caso de que necesite entrar en un camino de tierra…’.
¿Por qué necesita usted un Hummer para ir de compras? “… en el caso de que necesite entrar en un camino de tierra…’.
Bien,
usted vive en Manhattan. ¿Por qué necesita usted una camioneta doble tracción
en Manhattan? "A veces salgo de la ciudad"
No
se necesita ser un científico espacial para darse cuenta que no hay una relación
entre ambas afirmaciones. Esto no tiene nada que ver con la verdadera razón de
las personas para hacer lo que ellos hacen (Rushkoff, 2004).
El
comportamiento del consumidor es un área de estudio de gran importancia para la
mercadotecnia, ya que revela lo que las empresas deben hacer para llamar la
atención de sus clientes potenciales a fin de superar a la competencia. El
problema es que, debido a la gran cantidad de estímulos a los que nos
exponemos en nuestra vida cotidiana, nos hemos vuelto inmunes a los esfuerzos
de las empresas por comunicarse con los consumidores. El trabajo de
mercadotecnia tiene que ser cada vez más preciso.
El
Dr. Clotaire Rapaille es un psicólogo y antropólogo francés nacionalizado
estadounidense; brinda sus servicios a marcas y corporaciones de gran
prestigio, como Procter & Gamble, Nestlé o Chrysler. Sus investigaciones
actuales se apoyan en su práctica clínica inicial con niños autistas.
VENDER CAFE EN JAPON
Comienza su trabajo en el análisis del comportamiento del consumidor cuando recibe una oferta de Nestlé para descubrir los motivos por los cuales no se vendía el café en Japón. Aunque desconcertado por la solicitud, la tomó porque vio una oportunidad para desarrollar sus teorías sobre las improntas y la mente inconsciente de manera más rápida que con los niños autistas.
Nestle
trataba de vender el café instantáneo a los japoneses, y no tenían un gran
éxito. Hoy en día, más de 30 años después, suena obvio, pero en ese momento
estaban tratando de hacer que la gente japonesa cambiara del té al café. Hay
una impronta muy fuerte del té en Japón - es casi una dimensión religiosa allí.
Los
japoneses no tienen una primera impresión del café. Así que se tiene que crear
la categoría. Y así empezamos, por ejemplo, con un postre para los niños con
sabor de café. Hemos creado una impresión del sabor del café. Empiezan a vender
café, pero a través de postre, las cosas que eran dulces, para hacer que la
gente se acostumbre al sabor del café. Y cuando sean adolescentes que empiecen
a tomar café, y ahora tienen un gran mercado para el café en Japón.
¿Estas
impresiones tienen que pasar cuando se es niño? El cerebro es muy receptivo a
una edad temprana para crear esta conexión mental.
Cuando
nacemos, tenemos el cerebro reptiliano. El cerebro reptiliano ya está. Es parte
de la supervivencia, respirar, comer, ir al baño. Pero entonces, en relación
con la madre, desarrollamos el segundo cerebro, que es el cerebro límbico -
emociones - y estas emociones varían de una cultura a otra. En la relación con
su madre, que va a imprimir, hacer la conexión mental acerca de lo que
significa el amor, lo que significa la madre, lo que significa que se alimenta,
lo que significa un hogar. Después de un tiempo, este sistema se convierte en
inconsciente. Ni siquiera piensa en ello. Para mucha gente alrededor del mundo,
esto no es una casa. Una casa podría ser una tienda de campaña o hecho de hielo
o lo que sea, pero esto no es su sistema de referencia. Puede ser que sea
diferente a los demás.
Entonces,
después de los siete años, desarrollamos la corteza. La corteza es la última
parte del cerebro que desarrollamos, y eso es lo que nos permite ser
"inteligentes". Números y cosas por el estilo. Tratamos de ser
inteligentes, pero no somos muy conscientes de la parte de reptil, y el
límbico es más o menos inconsciente.
La corteza maneja el aprendizaje, el pensamiento abstracto y la imaginación. Sin embargo, el “cerebro reptil” (el tallo del cerebro y cerebelo) nos programa para la supervivencia y la reproducción.
La corteza maneja el aprendizaje, el pensamiento abstracto y la imaginación. Sin embargo, el “cerebro reptil” (el tallo del cerebro y cerebelo) nos programa para la supervivencia y la reproducción.
Según
el autor, las culturas tienen una fuerte dimensión reptil, “uno puede
considerar la cultura como un equipo de supervivencia que pasa de una
generación a la siguiente” (Rapaille, 2007). Así como existe un
inconsciente personal freudiano y un inconscientecolectivo jungiano, Rapaille
propone la existencia de un tercer inconsciente para los grupos sociales,
el inconsciente cultural.
En
palabras de Rapaille:
…mi
teoría es muy sencilla: el reptil siempre gana. No me importa lo que me diga
intelectualmente. No importa. Déme el reptil. ¿Por qué? Porque el reptil
siempre gana (Rushkoff, 2004).
Algunas
culturas son muy reptiles, lo que significa instinto muy básico. La cultura
americana es de instinto muy básico: Hay una tendencia a la acción. América es
muy adolescente cuando otras culturas son más de corteza, más control, control,
control. El alemán, los franceses están muy controlados. Ellos quieren que el
gobierno lo controle todo, el Estado, la burocracia, la administración. El ideal
de vida para una persona alemana es cuando sólo tienen que obedecer, la
administración está a cargo de todo y controla todo, y usted no tiene que
preocuparse de nada. No nos gusta eso. Nosotros, los estadounidenses, nos gusta
tener opciones. Mi propia vida, quiero llegar a ser lo que soy, lo que sea, no
importa, pero quiero ser yo mismo - no otra cosa, no lo que la gente me dice.
Una cultura no es buena o mala, sino simplemente diferente.
Una
vez que entienda el código, se entiende por qué las personas hacen lo que
hacen. Por ejemplo, el código para el francés es "pensar".
"Pienso, luego existo". Los franceses creen que son los únicos
pensadores del mundo y que ellos piensan para el resto del mundo. Ellos creen
que los estadounidenses no piensan, sino que sólo hacen las cosas sin saber por
qué. Y así, en esta situación, donde Bush dice, "Vamos a hacerlo",
dicen los franceses: "No, espera. Tenemos que pensarlo"
Rapaille
toma como punto de partida las investigaciones de Henri Laborit, quien demostró
que hay una conexión entre el aprendizaje y la emoción. En la medida en que
esta última sea más fuerte, se aprende más claramente de una experiencia y se
crea en la mente lo que el etólogo vienés Konrad Lorenz llamó “impronta” (en
inglés, imprint). Solamente basta pensar en la primera vez que nos quemamos con
una estufa; el momento es tan intenso emocionalmente que nunca se nos olvida la
conexión que hay entre la relación de “caliente” y “quemarse”.
Esta
emoción queda impresa en nuestra memoria y creamos un patrón de conductas
provocadas por el impacto emocional de dicha experiencia.
Rapaille
nos presenta un ejemplo de la formación de una impronta a partir de la cultura
y cómo se proyecta en lo social. La palabra “sol” en francés (le soleil) tiene
una connotación masculina asociada en Francia al rey Sol, Luis XIV. Los
franceses reciben desde niños dicha impronta y, por extensión, ven a los
hombres iluminados y brillantes; mientras que las mujeres son asociadas con la
luna (la lune) y como tal reflejan la luz del sol, esto es, la luz de los
hombres.
Sin
embargo, para los alemanes die Sonne (sol) tiene connotación femenina y ellos
consideran que las mujeres dan calor al mundo, hacen que las cosas crezcan y
por ello se encargan de la crianza de los bebés. Para Rapaille esto dice mucho
acerca de las relaciones que hay entre ambos sexos dentro de su contexto
cultural; el uso de las palabras puede desatar improntas completamente opuestas
entre las parejas de alemanes y franceses. Cada cultura tiene una
interpretación diferente.
Cuando estos códigos se unen con las diferentes improntas creadas durante la niñez, se forma un sistema de referencia que guía a las personas en su comportamiento sin que se den cuenta. Entender los códigos culturales nos da una nueva herramienta para comprender la forma de actuar de las personas, incluyendo su comportamiento de compra.
Cuando estos códigos se unen con las diferentes improntas creadas durante la niñez, se forma un sistema de referencia que guía a las personas en su comportamiento sin que se den cuenta. Entender los códigos culturales nos da una nueva herramienta para comprender la forma de actuar de las personas, incluyendo su comportamiento de compra.
CODIGO CULTURAL DEL CAFE
Por
ejemplo, en el café el aroma es lo primero. El aroma se imprime a una edad muy
temprana, alrededor de los 2 años. Significa casa, la madre, la alimentación,
amor, etc. Una gran mayoría, el 90 y tantos por ciento de los estadounidenses,
me encanta el aroma del café. Sólo al 47 por ciento como el sabor.
Un
joven vuelve a casa con uniforme del ejército. Su madre está arriba durmiendo.
Va directamente a la cocina, "Psssst," abre el café, y el olor,
porque diseñamos el embalaje para asegurarse de que olía de inmediato. Se
prepara el café, el aroma sube las escaleras, la madre está dormida, se
despierta, ella sonríe. Y sabemos que la palabra que se va a decir, ya que el
código para el aroma es "casa". Así que ella va a decir: "Oh, él
está en casa." Corrió por las escaleras, se abrazó al muchacho. Lo
probamos. En P & G que ponen a prueba todo 400 veces. La gente lloraba.
¿Por qué? Porque tenemos la lógica de la emoción correcta.
Ese
fue el cerebro reptil, porque eran sus genes. Si fuera un vecino, no habría
sido el mismo impacto. Era su hijo. Regresaba del Ejército donde podría haber
muerto. Ese es otro elemento clave del reptil - la supervivencia. Él está en el
hogar, lo que significa que está vivo. Es mi sangre (genes) de vuelta en casa,
de vuelta a mi barriga, de vuelta a mi madre. Y por eso ella lo abraza. No se
limita a decir: "Hola, ¿cómo estás?" Ella le pone de nuevo de dónde
viene. Es el reptil.